Parte IX
Muhkam (lo Explícito) y Mutashâbih (lo Alegórico)
Los objetivos
instructivos de esta parte son:
Algunas fuentes importantes en esta parte
son:
Introducción
Capítulo Primero
La definición de muhkam y mutashâbih.
1. Muhkam.
2. Mutashâbih.
Precisar lo muhkam y lo mutashâbih
(opiniones y teorías).
Conclusión:
Capítulo Segundo
Conclusión:
Capítulo Tercero
Un repaso a las aleyas alegóricas.
A)
Los atributos Divinos.
B) Los hechos
Divinos.
Conclusión:
Capítulo Cuarto
A) ¿Qué
significa Ta’wîl?
B) ¿Acaso el
conocimiento del ta’wîl es específico de Dios?
Conclusión:
Preguntas:
Muhkam (lo Explícito) y Mutashâbih (lo Alegórico)
Los objetivos
instructivos de esta parte son:
1. Las aleyas muhkam
(explícitas) y mutashâbih (alegóricas) y el papel que juegan en la
exégesis y las Ciencias Coránicas.
2. Las hipótesis presentadas por parte de los
expertos del Corán para determinar los casos de las aleyas muhkam
y mutashâbih.
3. La filosofía de la existencia de aleyas
alegóricas en el Corán.
4. Ejemplos de las aleyas alegóricas.
5. La interpretación (ta’wîl) en el
Corán y la posibilidad o imposibilidad de conocerla.
Algunas fuentes importantes en esta parte
son:
Al-Mîzân, t.3; At-Tamhîd,
t.3; ‘Ulûm-ul Qur’ân ‘indal Mufassirîn, t.3.
Introducción
Familiarizarse con las aleyas explícitas y alegóricas del Corán tiene
tanta importancia y valor que cada intérprete del Corán considera obligatorio
para sí mismo tenerlo en cuenta, y juzga que la negligencia en este asunto
conlleva el desvío en la interpretación
coránica. El Corán como un conjunto unánime -que según su propio texto,
no existe ninguna diferencia ni disconformidad en sus aleyas- se divide en dos
partes: muhkam (explícitas) y mutashâbih (alegóricas).
Algunas aleyas son las matrices, fundamentos y puntos de referencia; y otras
necesitan interpretarse teniendo en cuenta las primeras. Por lo tanto, una
mirada independiente a las aleyas del segundo grupo en el momento de la interpretación
del Corán, desvía al ser humano del rumbo correcto para entender el Libro
Divino; y forzosamente da pasos en un rumbo opuesto al del Corán.
La aparición de tendencias incorrectas como la de los muÿassamah
(quienes sostienen la corporización de Dios), los muÿbirah (quienes
sostienen que los seres humanos se encuentran compelidos en sus actos) o mufawwidah
(quienes sostienen que Dios delegó a los seres humanos la totalidad de sus
asuntos) se arraigan en la interpretación independiente de estas aleyas
coránicas. Infortunadamente este asunto existió desde los principios del Islam
hasta la actualidad, y en cada época, de acuerdo a las circunstancias de tiempo
y lugar, existieron grupos que, apelando a tales aleyas alegóricas, hicieron
innovaciones. Ellos utilizaron las iluminadas aleyas coránicas como pretexto
para llegar a sus concupiscencias, en un marco religioso y coránico.
Posiblemente ésta sea la razón por la que el tema de muhkam y mutashâbih
fuese estudiado por los expertos del Corán desde la antigüedad, y así tenemos a
nuestro alcance las diversas opiniones de los intérpretes, tanto de los
Compañeros del Profeta (BP), de los tâbi‘în (quienes conocieron en
persona a algunos de los Compañeros) y todos aquellos que los siguieron. Además
de las obras de exégesis coránicas de ambas escuelas, en donde abordan este
tema bajo la aleya de muhkam y mutashâbih, numerosos
intérpretes y expertos de las Ciencias Coránicas presentaron obras
independientes al respecto y tocaron este asunto en sus libros de temáticos
coránicos.[1]
A continuación nos limitamos a mencionar dos dichos explicando la
importancia y trascendencia del conocimiento de muhkam y mutashâbih
en el Corán:
1. En la obra Fîl ‘Uîûn ‘an-ir Ridâ:
«من رد متشابه القرآن إلى محكمه هدي إلى صراط
مستقيم....»
man radda mutashâbiha-l Qur’ân ila muhkamihi
hudiîa ilâ sirâtin mustaqîm...
“Quien remita lo alegórico del Corán a lo
explícito del mismo será orientado hacia el sendero recto” [2].
2. En la obra Tafsîr An-Nu‘mânî, está registrado un dicho
cuya cadena de transmisión llega a Ismâ‘îl ibn Ÿâbir:
قال: «سمعت أبا عبد الله جعفر بن محمد الصادق (ع) يقول: ... واعلموا - رحمكم الله - انه من لم يعرف كتاب الله
عز وجل الناسخ من المنسوخ والخاص من العام والمحكم من المتشابه والرخص من
العزائم... فليس بعالم بالقرآن ولا هو من أهله.»
Qâla: Sami‘tu Abâ ‘Abdil·lah Ÿa‘far Ibn Muhammad
As-Sâdiq iaqulu: ...Wa‘alamû –rahimakumul·lah- innahu man
lam ia‘rif kitabal·lahi ‘azza wa ÿal·la an-nâsij minal mansûj wal jâssa
minal ‘âmmi wal muhkama minal mutashâbih wa-r rujas minal ‘azâ’im...
fa laîsa bi ‘âlimin bil Qur’ân wa lâ huwa min ahlihi.
Dijo: “Escuché a Ÿa‘far Ibn Muhammad As-Sâdiq
(P) decir: “...Y sabed -que la misericordia de Dios os abarque- que aquél
que no conozca en el Libro de Dios, Majestuoso e Imponente, lo abrogante
y lo abrogado, lo particular y lo general, lo explícito y lo alegórico, las
permisiones y las obligaciones... no es conocedor del Corán ni se cuenta entre
su gente”[3].
Capítulo Primero
﴿ هُوَ الَّذِي
أَنْزَلَ عَلَيْكَ الْكِتَابَ مِنْهُ ءَايَاتٌ مُحْكَمَاتٌ هُنَّ أُمُّ الْكِتَابِ
وَاُخَرُ مُتَشَابِهاتٌ فَأَمَّا الَّذِينَ فِي قُلُوبِهِمْ زَيْغٌ فَيَتَّبِعُونَ
مَا تَشَابَهَ مِنْهُ ابْتِغَآءَ الْفِتْنَةِ وَابْتِغَآءَ تَأْوِيلِهِ وَمَا
يَعْلَمُ تَأْوِيلَهُ إِلاَّ اللّهُ وَالرَّاسِخُونَ فِي الْعِلْمِ يَقُولُونَ
ءَامَنَّا بِهِ كُلٌّ مِنْ عِندِ رَبِّنَا وَمَا يَذَّكَّرُ إِلآَّ اُوْلُواْ
الأَلْبَابِ ﴾
Huwal·ladhî anzala ‘alaîkal kîtâba
minhu âîâtun muhkamâtun hunnâ ummul kitâbi wa ujaru mutashâbihâtun fa
ammal·ladhîna fi qulûbihim zaîgun faîattabi‘ûna mâ tashâbaha
minhu-btigâ’al fitnati wabtigâ’a ta’wîlihî wa mâ îa‘lamu ta’wîlahû il·lal·lâhu
wa-r râsijûna fil ‘ilmi îaqûlûna âmannâ bihi kul·lûn min ‘indi Rabbinâ wa mâ
îadh·dhakkaru il·la ûlul albâb
«Él fue quien te reveló el Libro que contiene unas
explícitas aleyas que son la Matriz del Libro, y otras alegóricas; pero
aquellos cuyos corazones albergan el desvío se inclinan a las alegóricas, a fin
de sembrar la sedición, interpretándolas capciosamente, pero no conoce su
interpretación sino Dios. Los imbuidos en la ciencia dicen: “Creemos en él
(Corán); todo dimana de nuestro Señor”. Más nadie lo advierte, salvo los
sensatos».[4]
La aleya arriba mencionada divide las aleyas coránicas en dos grupos: muhkamât
y mutashâbihât, definiendo sus características.
En primer lugar debemos familiarizarnos con el significado de éstos
dos términos:
La definición de muhkam y mutashâbih.
1. Muhkam.
Râgib en su obra Al-Mufradât afirma:
La raíz de حَكَمَ – “ha-ka-ma”,
significa َمنَعَ - “ma-na-’a”, es decir,
“impedir”; y es por ello que en la lengua árabe a la brida del corcel se le
llama حكمة - “hakamah” (ya que la
brida impide al animal la rebeldía y desobediencia).
Entonces, en esta raíz existe una clase de impedimento e
impenetrabilidad. Cuando decimos que el juez dio su hukm
(veredicto), significa que, antes de este veredicto la cuestión estaba
inestable, tomando luego del fallo el estado de estabilidad y firmeza. Según
Râgib, محكم - “muhkam”
es algo que rechaza cualquier ambigüedad, tanto en su aspecto textual como en
el semántico. Esta característica se manifiesta cuando un discurso carece de
cualquier ambigüedad e imprecisión, e indica su propósito con total claridad.
2. Mutashâbih.
Râgib afirma:
شبهة - “Shubhah” (ambigüedad)
surge cuando dos cosas, por la semejanza que poseen, no se pueden diferenciar
(ya sea una similitud tangible o inmaterial). متشابه – “Mutashâbih”, en el Corán
se denomina a una aleya o discurso cuya interpretación se vuelve difícil por su
similitud, ya sea literal o semántica, con otra cosa. Los sabios dicen: “Mutashâbih
es algo cuya forma aparente no nos comunica su aspecto interior, ni permite
inferir su objetivo”.
Así mismo una اشتباه - “ishtibâh” (equivocación)
sucede por la similitud entre dos o varias cosas.
Entonces, متشابه - mutashâbih, en la
terminología del Corán, es una expresión en la que existe la probabilidad de
varios significados. Por lo tanto se produce en él duda y ambigüedad, y del
mismo modo que existe la posibilidad de una interpretación correcta, existe
también la posibilidad de una interpretación incorrecta, siendo ésta la causa
de que los desviados tratasen de interpretarlo de acuerdo a sus propósitos.[5]
Luego de analizar los dos términos, “muhkam” y “mutashâbih”,
volvemos a la aleya principal. En esta aleya, las aleyas muhkamât
fueron denominadas “Umm-ul Kitâb” (La Matriz del Libro). “Umm”
proviene de la raíz amma – ia’ûmmu, que significa: “se dirigió a” o
“procuró”. La madre es llamada “Umm” porque el niño se dirige a ella y
la procura. Umm significa “el punto de referencia, el objetivo” y Umm-ul
Kitâb, significa: “las aleyas que sirven como punto de referencia para
otras aleyas”. Muhkamât, según la expresión del Corán, son las
aleyas matrices, de referencia, y básicas, con la peculiaridad que no tienen
ninguna ambigüedad y eliminan la ambigüedad de las aleyas mutashâbih. De
esta misma aleya se puede deducir que aunque parte de las aleyas coránicas son mutashâbih,
no obstante, al remitirlas a las aleyas muhkam se disipa su
ambigüedad, y su contenido se vuelve claro por medio de ellas. En otros
términos, aunque una (mínima) parte del Corán está constituida por las aleyas mutashâbih,
sin embargo, su ambigüedad no es esencial, ni permanente, ya que el propio Corán
ha determinado la vía de su esclarecimiento.
Precisar lo muhkam y lo mutashâbih
(opiniones y teorías).
En cuanto a las aleyas explícitas y alegóricas, existen diferentes
opiniones[6]:
1. Lo alegórico son las letras aisladas en el
comienzo de algunas suras y el resto del Corán es explícito.
2. Las letras aisladas son lo explícito del
Corán y el resto alegórico.
3. Las aleyas “mubaîîan” (detalladas) en
el Corán son explícitas, y las aleyas “muÿmal” (imprecisas) son las
alegóricas.
4. Las aleyas abrogantes son explícitas, y las
abrogadas, alegóricas.
5. Las aleyas que poseen indicios claros son
explícitas, y las que necesitad de reflexión y meditación son alegóricas.
6. Muhkam es cada aleya que fuese
posible conocerla –ya sea con argumentos sutiles o evidentes-, mientras mutashâbih
es lo contrario, como: conocer el momento de la llegada del Día del Juicio
Final, etc.
7. Aîiât-ul Ahkâm (las
aleyas que contienen algún mandato religioso) son lo explícito del Corán y el
resto alegórico.
8. Las aleyas explícitas tienen una sola
interpretación, mientras que las alegóricas tienen la probabilidad de varias
interpretaciones.
9. La división de las aleyas en explícitas y
alegóricas es específica de las aleyas que refieren historias (âîât-ul qisas)
del Corán. Las aleyas que informan claramente acerca de los profetas y sus
comunidades son muhkamât, y las aleyas que se repiten en varias
suras tanto sus vocablos como su contenido, y existe vaguedad con respecto a
los acontecimientos relacionados a los profetas, son mutashâbih.
10. Las aleyas mutashâbih son las que
necesitan de explicación y desarrollo, a diferencia de las muhkamât.
Teniendo en cuenta las definiciones expuestas
respecto a muhkam y mutashâbih, las objeciones existentes
en cuanto a algunas teorías mencionadas son claras y no necesitan de más
explicación.
Conclusión:
1. Las
aleyas coránicas se dividen en dos grupos: “mutashâbihât” y “muhkamât”.
El propio Corán nos presenta esta clasificación explícitamente.
2. Las
aleyas muhkamât son las aleyas matrices y de referencia en el
Generoso Corán.
3. Muhkam
es la aleya en cuya definición no presenta ninguna duda ni ambigüedad, y no
permite ninguna equivocación o confusión.
4. Mutashâbih
según la terminología del Corán, se denomina a la aleya en la cual exista la
probabilidad de varios significados, por lo tanto surge ante ella vacilación y
duda.
5. Algunas
opiniones y teorías expresadas en cuanto a la determinación de las muhkamât
y mutashâbihat del Corán no coinciden con la definición presentada, como
las que afirman: “Lo alegórico son las letras aisladas; o las aleyas imprecisas
son alegóricas; o las aleyas abrogadas o todas las que no sean Aîiât-ul Ahkâm...”.
6. La
aparición de algunas tendencias desviadas en el Islam es por atenerse a las
aleyas alegóricas del Corán.
Capítulo Segundo
La existencia de
aleyas alegóricas en el Generoso Corán sirvió de pretexto para algunos
objetantes. Ellos dicen: El Corán alega que es una palabra definitiva,
diferenciadora y la que discierne entre la verdad y falsedad; no puede penetrar
en él ninguna falsedad; mientras que las aleyas alegóricas originan dudas, y
son difíciles de concebir y dificultosas. Cada una de las diferentes tendencias
y escuelas islámicas, para confirmar su veracidad, se argumentan en el mismo
Corán y presentan algunas de sus aleyas. La raíz de ello no es más que la
existencia de aleyas alegóricas en el Corán. ¿Acaso si este Libro hubiese sido
constituido únicamente por aleyas muhkamât, no habría coincidido
mejor con los objetivos desarrollados por el propio Corán? Básicamente ¿cuál es
la filosofía y la razón de lo alegórico en el Corán?
El sabio
‘Al·lâmah Tabâtabâî, a través de un extenso discurso,
desarrollando la filosofía de la existencia de lo alegórico en el Corán llega a
la conclusión de que es algo obligatorio e imprescindible que en el Corán
existan las aleyas alegóricas.
Él expresa:
Enseñar conceptos y significados a los seres
humanos, no es posible más que por la vía de sus propios conocimientos mentales
que llegó a adquirir durante su vida. Si un individuo está familiarizado
únicamente con los asuntos sensoriales, la enseñanza se realiza a través de lo tangible, y si ha llegado a entender
conceptos generales, la enseñanza se realiza por esta vía de acuerdo al grado
de su capacidad.
Por
otro lado, la guía religiosa no es
específica para un grupo particular de gente, sino que abarca a todos los
grupos y niveles. La diferencia en el nivel de pensamiento de la gente, por un
lado, y la generalidad de la guía para todos, por otro, causaron que las
expresiones coránicas se realizasen en el marco de ejemplos y proverbios. De
este modo se selecciona aquel grupo de conceptos y significados que el hombre
conoce y guarda en su memoria, para a través de ello, ayudarle a concebir lo que
desconoce.[7]
En otras palabras:
Los
vocablos coránicos son ejemplos para los conocimientos verdaderos Divinos, y
desde que la comprensión del común de la gente no concibe más que lo sensorial
y no infiere los conceptos generales y abstractos, estos conocimientos elevados
se presentan en el marco de ejemplos y asuntos materiales. En este caso si la
concepción de la gente al momento de la recepción de los conocimientos Divinos
se paraliza en el mismo nivel sensorial (sin profundizar en los niveles
superiores a la materia), para tales personas las expresiones y ejemplos del
Corán se corporizan en forma de verdades, y el ejemplo asume el lugar de lo
ejemplificado, y de este modo se pierde el objetivo de estas aleyas.[8]
De todos modos, ya que es imposible trasladar los
elevados y abstractos conceptos del Corán a los seres humanos, a menos que ello
se realice a través de los términos y expresiones, estos términos materiales no
pueden abarcar todos esos contenidos y significados. Es por ello que se produce
tashâbuh (alegoría) y la razón de esto se debe a que hay conceptos que
no pueden ser descritos por medio de vocablos.
Como dice la siguiente poesía:
Los conceptos
jamás pueden limitarse en letras,
Al igual que un infinito mar no puede confinarse en un recipiente.
Algunos de los
expertos coránicos, respondiendo a la objeción de ¿cómo el Corán, que es el
máximo ejemplo de elocuencia, claridad y evidencia, puede contener alegorías
ambiguas y dilemáticas? Han dicho:
El
Corán ha sido revelado en el marco y según las reglas del habla natural del ser
humano, y existen en el habla humana desde los términos cotidianos más
sencillos hasta las más elevadas expresiones y frases literarias y artísticas,
diferentes formas de maÿâzî (sentido figurado), isti‘ârî
(metafórico), tamzîlî (ejemplificado) y kinâ’îî (alusivo), y
naturalmente cuando la expresión tiene la forma alegórica, se producen aleyas
alegóricas y ambiguas.[9]
Por consiguiente,
teniendo en cuenta el hecho de impartir los más precisos conceptos en el marco
de vocablos terrenales por un lado, y por otro lado la utilización del Corán de
expresiones textuales frecuentes como el sentido figurado, la metáfora, la
ejemplificación y las expresiones alusivas, como conclusión final argumentamos
que la existencia de las aleyas mutashâbihât
-aproximadamente doscientas aleyas[10] del total del Corán- es un asunto inevitable e imprescindible, e indudablemente si no hubiese sido de esta manera, hubiese sido motivo de interrogación.
-aproximadamente doscientas aleyas[10] del total del Corán- es un asunto inevitable e imprescindible, e indudablemente si no hubiese sido de esta manera, hubiese sido motivo de interrogación.
Conclusión:
1. El sabio ‘Al·lâmah Tabâtabâî
opina que ya que la guía religiosa está dirigida a todas las personas y éstas
ocupan diferentes niveles intelectuales, algunas sólo tienen capacidad para
concebir lo sensorial y otras son capaces de percibir
también los conceptos generales y abstractos. De cualquier forma, la enseñanza
de los conceptos Divinos y elevados conocimientos coránicos en el marco de
términos materiales y proverbios, ocasiona alegoría y es inevitable.
2. Algunos consideran
natural la existencia de la alegoría en el Corán, ya que el Corán para dirigirse
a los humanos -al igual que el resto de las locuciones naturales humanas-
contiene desde las más sencillas hasta las más elevadas expresiones, con el fin
de desarrollar sus conocimientos. El Corán emplea las diferentes clases de maÿâz
(sentido figurado), tamzîl (ejemplificación), isti‘ârah
(metáfora) y kinâ’îah (expresiones alusivas), y al emplear tales
expresiones, naturalmente se produce tashâbuh (alegoría).
3. Parece ser que la hipótesis antes mencionada
complementa la hipótesis de ‘Al·lâmah Tabâtabâî; entonces podemos
afirmar que la filosofía de la existencia de mutashâbihât la conforma
uno de estos dos puntos. En este caso la existencia de alegoría en el Corán no
es objetable sino que es un privilegio para el Corán desde el aspecto de la
delicadeza y belleza de los términos coránicos.
Capítulo Tercero
Definitivamente,
se deben buscar los ejemplos más claros de las aleyas alegóricas del Corán
entre las aleyas referentes a los atributos y actos Divinos. Este conjunto de
aleyas junto a otras que hablan de la orientación y extravío del hombre, o
explican cuestiones como la revelación y los seres invisibles se volvieron
alegóricas para alguna gente.
Quizás podamos
afirmar que desde el siglo I del Islam hasta hoy día han surgido diferentes
opiniones al enfrentarse a estas aleyas, y que algunas de ellas fueron
opiniones desviadas que sirvieron como raíz para el surgimiento de diferentes
sectas. A través de un breve estudio primeramente echamos un vistazo a las
aleyas -que sirvieron de base para justificar aquellas tendencias- para conocer
los factores de la aparición de tales sectas.
Un repaso a las aleyas alegóricas.
A)
Los atributos Divinos.
1. ﴿ ثُمَّ اسْتَوَى إِلَى السَّمَآءِ وَهِيَ دُخَانٌ ﴾
Zumma-stawâ ila-s samâ’i wa hiîa dujân
«Luego se dirigió hacia
el cielo, siendo que aún era vapor».[12]
2. ﴿ ثُمَّ اسْتَوَى عَلَى الْعَرْشِ ﴾
Zumma-stawâ ‘alal-‘arsh
«Luego se situó sobre el Trono».[13]
3. ﴿ الرَّحْمَنُ عَلَى الْعَرْشِ
اسْتَوَى ﴾
Ar-rahmânu ‘alal ‘arshi-stawâ
De las aleyas mencionadas dedujeron erróneamente la existencia de un
lugar para Dios.
Aleyas que hablan
de la mano de Dios:
4.
﴿ وَقَالَتِ
الْيَهُودُ يَدُ اللّهِ مَغْلُولَةٌ غُلَّتْ أَيْدِيهِمْ وَلُعِنُوا بِمَا قَالُوا
بَلْ يَدَاهُ مَبْسُوطَتَانِ ﴾
Wa qâlati-l îahûdu îadul·lâhi maglûlatun
gul·lat aîdîhim wa lu‘inû bimâ qâlû bal îadâhu mabsûtatân
«Los judíos dicen: “La mano de Dios está
encadenada”. ¡Que sus manos sean encadenadas y que sean malditos por cuanto
dijeron! ¡Quiá! Sus manos están libres».[15]
5. ﴿ يَدُ اللَّهِ فَوْقَ
أَيْدِيهِمْ ﴾
Iadul·lâhi faûqa aîdîhim
«La mano de Dios está sobre sus manos».[16]
La siguiente aleya se refiere a la visión de Dios:
6. ﴿ وُجُوهٌ يَوْمَئِذٍ نَّاضِرَةٌ
* إِلَى رَبِّهَا نَاظِرَةٌ ﴾
Wuÿûhun îaûma’idhin nâdiratun ilâ
Rabbihâ nâdzirah
«En aquél día habrá semblantes risueños,
dirigiendo sus miradas a su Señor».[17]
La aleya referente a
la venida de Dios:
7. ﴿ وَجَآءَ رَبُّكَ وَالْمَلَكُ
صَفّاً صَفّاً ﴾
Wa ÿâ’a Rabbuka wal malaku saffan saffa
«Y venga tu Señor con los ángeles enfilados».[18]
Una breve reflexión en
las aleyas mencionadas, y considerando las otras aleyas que son muhkamât
o explícitas, elimina cualquier tipo de ambigüedad en las aleyas en cuestión y
aparta de la mente humana la idea de la corporeización de Dios, Alabado sea.
Dios dice:
﴿ لا تُدْرِكُهُ الأَبْصَارُ وَهُوَ يُدْرِكُ الأَبْصَارَ وَهُوَ
اللَّطِيفُ الْخَبِيرُ ﴾
Lâ tudrikuhu-l absâru wa huwa îudriku-l
absâra wa huwa-l latîfu-l jabîr
﴿ لَيْسَ كَمِثْلِهِ شَيْءٌ وَهُوَ السَّمِيعُ الْبَصِيرُ ﴾
Laîsa kamizlihi shaî’un wa huwa-s samî‘u-l basîr
«No hay nada que se le asemeje, es el Omnioyente,
el Omnividente».[20]
Estas aleyas eliminan la posibilidad de cualquier comparación de Dios
con los seres humanos y los entes materiales.
El objetivo de “arsh”
(trono) y “kursî” (escabel), también mencionados en el Corán, es
la dirección y dominio del Universo. Así mismo en las narraciones se hacen dos
interpretaciones al respecto: el conocimiento Divino y todos los seres fuera de
Él, y tal vez alude a la dirección abarcadora de Dios que dimana de Su
Conocimiento y Poderío.[21]
B) Los hechos
Divinos.
Las aleyas que
aparentemente se refieren a la compulsión y libre albedrío, que atribuyen a
Dios la orientación y extravío de los seres humanos y consideran que la
voluntad Divina es la que provoca la fe, incredulidad, felicidad o desgracia.
1. ﴿ فَإِنَّ اللَّهَ يُضِلُّ مَن
يَشَآءُ وَيَهْدِي مَن يَشَآءُ ﴾
Fa innal·lâhu îudil·lu man îashâ’u wa
îahdî man îashâ’
«Ciertamente, Dios extravía a quien quiere y
encamina a quien le place».[22]
2. ﴿ يُضِلُّ بِهِ كَثِيراً
وَيَهْدِي بِهِ كَثِيراً ﴾
Iudil·lu bihî kazîran wa îahdî bihî
kazîran
«Con ello extravía a muchos y guía a muchos
otros».[23]
3. ﴿ فَيُضِلُّ اللَّهُ مَن يَشَآءُ
وَيَهْدِي مَن يَشَآءُ ﴾
Fa îudil·lul·lâhu man îashâ’u wa îahdî
man îashâ’u
«Pero Dios extravía a quien quiere y encamina
a quien le place».[24]
4. ﴿ مَا كَانُوا لِيُؤْمِنُوا
إِلآَّ أَن يَشَآءَ اللّهُ ﴾
Mâ kânû li’û’minû il·lâ an îashâ’al·lâh
«Nunca creerían, a menos que Dios quisiese».[25]
5. ﴿ وَلَوْ شَآءَ اللّهُ مَآ
أَشْرَكُوا ﴾
Wa laû shâ’al·lâhu mâ ashrakû
«Pero si Dios hubiera querido, nunca habrían
idolatrado».[26]
Para esclarecer el
significado de estas aleyas en las cuales se basan algunos para creer en la
predestinación absoluta, es imprescindible tener en cuenta las siguientes
aleyas:
1. ﴿ كَلآَّ إِنَّهَا تَذْكِرَةٌ
* فَمَن شَآءَ ذَكَرَهُ ﴾
Kal·lâ innahâ tadhkiratun faman shâ’a dhakarah
«¡Quiá! Por cierto que el (Corán) es una
amonestación. Quien quiera, pues, que lo recuerde».[27]
2. ﴿ وَقُلِ الْحَقُّ مِن رَبِّكُمْ
فَمَن شَآءَ فَلْيُؤْمِن وَمَن شَآءَ فَلْيَكُفُرْ ﴾
Wa quli-l haqqu min Rabbikum faman
shâ’a falîû’min wa man shâ’a falîakfur
«Diles: “La verdad dimana de vuestro Señor; así,
pues, quien quiera que crea y quien quiera que descrea”».[28]
3. ﴿ فَمَنِ اهْتَدَى فَلِنَفْسِهِ
وَمَن ضَلَّ فَإِنَّمَا يَضِلُّ عَلَيْهَا ﴾
Famani-htadâ falinafsihî wa man dal·la
fa’innamâ îadil·lu ‘alaîhâ
«Así pues, quien se encamine será en beneficio
propio; en cambio, quien se desvíe será en su propio perjuicio».[29]
4. ﴿ لآ إِكْرَاهَ فِي الدِّينِ ﴾
Lâ ikrâha fid-dîn
«No hay imposición en cuanto a religión».[30]
5. ﴿ لِيَهْلِكَ مَنْ هَلَكَ
عَن بَيِّنَةٍ وَيَحْيَى مَنْ حَيَّ عَنْ
بَيِّنَةٍ ﴾
Liîahlika man halaka ‘an baîîinatin wa îahîâ
man haîîa ‘an baîîinatin
«Para que, sobre una prueba clara, pereciera quien
debía perecer y, sobre una prueba clara, sobreviviera quien debía sobrevivir».[31]
Junto a las aleyas
mencionadas, existen las que condicionan la retribución Divina a los actos
voluntarios del hombre:
6. ﴿ وَأَن لَّيْسَ لِلإِنسَانِ
إِلاَّ مَا سَعَى * وَأَنَّ سَعْيَهُ سَوْفَ يُرَى ﴾
Wa an laîsa lil insâni il·lâ mâ sa‘â wa anna
sa‘îahu saûfa îurâ
«Y que el hombre no le corresponderá sino aquello
por lo que se haya esforzado; y que se verá su esfuerzo”.[32]
7. ﴿ الْيَوْمَ تُجْزَى كُلُّ نَفْسٍ
بِمَا كَسَبَتْ لاَ ظُلْمَ الْيَوْمَ ﴾
Al îaûma tuÿzâ kul·lu nafsin bimâ
kasabat lâ dzulma-l îaûm
«Hoy toda alma será retribuida según lo que haya
logrado; hoy no habrá injusticia».[33]
8. ﴿ لَهَا مَا كَسَبَتْ وَعَلَيْهَا
مَا اكْتَسَبَتْ ﴾
Lahâ mâ
kasabat wa ‘alaîhâ maktasabat
«Se beneficiará con el bien que haya hecho y
sufrirá el mal que haya cometido».[34]
9. ﴿ إِنَّا لاَ نُضِيعُ أَجْرَ مَنْ
أَحْسَنَ عَمَلاً ﴾
Innâ lâ nudî‘u a’ÿra man ahsana
‘amalan
«Ciertamente que no desmereceremos la recompensa
de los benefactores».[35]
10. ﴾
﴿ الَّذِي خَلَقَ الْمَوْتَ وَالْحَيَاةَ لِيَبْلُوَكُمْ أَيُّكُمْ أَحْسَنُ
عَمَلا ً
Al·ladhî jalaqa-l maûta wal haîâta li
îabluwakum aîîukum ahsanu ‘amalâ
«Quien creó la muerte y la vida para probar quien
de vosotros se comporta mejor».[36]
Estos son ejemplos de las aleyas
que consideran que la orientación y extravío de los seres humanos depende de
ellos mismos y la vida y la muerte son la escena y el campo de su examen; para
quien quiera, crea y quien no quiera, no crea, con su propia voluntad.
Las aleyas del primer grupo que aparentemente muestran que el
hombre no influye en su propia orientación y extravío, y que es Dios quien lo
guía o pervierte, quieren decir que Dios ayuda y brinda éxito a quienes se muestran
preparados para recibir las bondades y misericordias Divinas, y que la
humillación y privación son para quienes renunciaron del recuerdo de Dios.
Conclusión:
1. Los
ejemplos
más claros de las aleyas alegóricas pueden encontrarse en las aleyas referentes
a los atributos y actos Divinos.
2. El
factor más importante para haberse envuelto en concepciones erróneas a causa de
las aleyas alegóricas y el posterior surgimiento de las tendencias religiosas
desviadas, consiste en la falta de un estudio profundo de las aleyas, por un
lado, y el hecho de no remitir las aleyas alegóricas a aleyas explícitas que
son las que las esclarecen.
3. En
el tema de los atributos Divinos lo aparente de algunas aleyas en las que se
afirma la existencia de “arsh” (trono), “kursî” (escabel), “îad”
(mano), “waÿh” (rostro), “ru’îat” (posibilidad de ser visto) y la
“venida” para Dios, motivó la alegoría en las aleyas, mientras que mediante una
sencilla reflexión
se evidencia la falsedad de “la corporeización de Dios”.
4. En
cuanto
a los actos Divinos y el accionar humano, lo aparente de algunas aleyas que
vinculan todas las cosas a la Voluntad Divina y señalan que sólo Él es quien
orienta o extravía, etc., causó la equivocación y desvío de algunos que
creyeron en la predestinación absoluta. Así mismo existen numerosas aleyas que
claramente consideran al ser humano un ser con libre albedrío y atribuyen a él
mismo su felicidad y desgracia. Mediante un estudio general de las aleyas, y
considerando también las narraciones transmitidas, llegamos a la conclusión
de que lo correcto en ese terreno es la cuestión de amrun baînal amraîn,
“la posición intermedia”[37].
Capítulo Cuarto
El último tópico de muhkam y mutashâbih es “ta’wîl”.
Ta’wîl es el infinitivo de la forma verbal “taf’îl” que se deriva
de la raíz aûl y significa “el regreso y retorno”.
En forma terminológica este vocablo es uno de los más destacados
términos en la exégesis y en las Ciencias Coránicas, discutido desde la
antigüedad por medio de los expertos coránicos. Este vocablo ha sido empleado
en el Corán diecisiete veces; uno de sus casos se halla en la famosa aleya de muhkam
y mutashabih (aleya 5 del Sura Âli ‘Imrân). En esta aleya Dios
explica que los desviados buscan siempre las aleyas alegóricas para crear discordias
y sediciones.[38]
Aquí existen dos temas importantes: Primero: “¿Qué significa ta’wîl?”;
y segundo: “¿Acaso el conocimiento del ta’wîl es específico de Dios?”.
A) ¿Qué
significa Ta’wîl?
El sabio ‘Al·lâmah Tabâtabâî expone:
Entre los sabios antiguos era común considerar al
término ta’wîl bajo la misma definición de tafsîr, es decir, la
interpretación y el objetivo de Dios. Mientras que los sabios posteriores
afirman que ta’wîl es una interpretación contraria a la que la palabra
aparenta. Esta creencia se divulgó de tal manera que es como si el término ta’wîl
luego de su significado lingüístico –el regreso, el retorno-, hubiera adoptado
otro sentido que es “significado opuesto a lo aparente”.[39]
‘Al·lâmah Tabâtaba’î, luego de transmitir las diferentes
versiones al respecto y rechazarlas a todas deduce lo siguiente:
La verdad en cuanto a la definición de “ta’wîl”
es que digamos que: “Ta’wîl es una realidad en la que se documentan las
expresiones coránicas, ya sean normas, sabidurías o consejos. Ta’wîl existe
para todas las aleyas coránicas, ya sean explícitas o alegóricas, y no es del
tipo de conceptos y significados que son indicados por las palabras; sino que ta’wîl
es de los asuntos ‘aînî (concretos) y está más allá de estar
contenido en el marco de un vocablo. Aquellos asuntos y verdades concretas han
sido condicionadas o confinadas en palabras, vocablos y frases solo para
aproximar sus sentidos a nuestras mentes. Estos términos son como
representaciones a través de las cuales uno se aproxima al significado deseado.
El Corán en todos los casos en los que emplea el término ta’wîl se
refiere a la misma realidad concreta-externa”.[40]
A continuación exponemos dos relatos
en los que se muestra el empleo de ta’wîl en el Corán: el del Profeta
Mûsâ (Moisés) y Jidr[41]
y el del Profeta Îusûf (José)[42],
como testimonio de esta opinión. Como ejemplo, en el comienzo de la Sura Îûsuf, el sueño de José (P)
es relatado de la siguiente manera:
﴿ إِذْ قَالَ
يُوسُفُ لأَبِيهِ يَآ أبَتِ إنِّي رَأَيْتُ أَحَدَ عَشَرَ كَوْكَباً وَالشَّمْسَ
وَالْقَمَرَ رَأَيْتُهُمْ لِي سَاجِدِينَ ﴾
Idh qâla Îûsufu li abîhi îâ abati inniî
ra’aîtu ahada ‘ashara kaûkaban wash-shamsa wal qamara ra’aîtuhum lî
sâÿidîn
«Y de cuando José dijo a su padre: “¡Oh, padre
mío! Por cierto que vi (en sueños) once astros y el Sol y la Luna; los vi
prosternados ante mí”».[43]
Luego del paso de los años y los numerosos sucesos acontecidos, se
relata al final de la sura el ta’wîl de este sueño de la siguiente
manera:
﴿ وَرَفَعَ
أَبَوَيْهِ عَلَى الْعَرْشِ وَخَرُّوا لَهُ سُجَّداً وَقَالَ يَآ أَبَتِ هَذَا
تَأْوِيلُ رُؤْيايَ مِن قَبْلُ قَدْ جَعَلَهَا رَبِّي حَقّاً ﴾
Wa rafa‘a abawaîhi ‘ala-l ‘arshi wa jarrû lahu
suÿÿadan wa qâla îâ abati hâdhâ ta’wîlu ru’îâia min qabli qad ÿa’alahâ Rabbî haqqân
«(José) Hizo subir a sus padres al trono. Y
cayeron prosternados ante él. Y dijo: “¡Oh, padre mío!, ésta es la
interpretación de mi sueño pasado, que mi Señor ha hecho realidad…!”»[44]
Aquí vemos que el sueño visto por José (P) regresa a la prosternación
de sus padres y hermanos ante él. Este ta’wîl y retorno, es como el
retorno de un ejemplo y refrán a
su realidad externa.
B) ¿Acaso el
conocimiento del ta’wîl es específico de Dios?
Este interrogante también ha
sido planteado teniendo en cuenta la parte final de la aleya 7 del Sura Âli
Imrân. Incluso existe una diferencia de opinión en cuanto a la forma de
recitación de la aleya, de manera que, según algunos, es la diferencia de
lectura más importante y significativa en todo el Corán. La diferencia está en detenerse o no, luego del
vocablo “Al·lah”, en la frase:
﴿ وَمَا يَعْلَمُ تَأْوِيلَهُ إِلاَّ اللّهُ ﴾
Wa mâ îa‘lamu ta’wîlahu il·la Al·lah
«Y no conoce su interpretación sino Dios…».[45]
Basándose en la opinión de
“detenerse”, conocer el ta’wîl sería específico de Dios, y según la
opinión de seguir recitando sin detenerse, el conocimiento del ta’wîl no
sería específico de Dios sino que “los imbuidos en la ciencia” también gozan
del conocimiento del ta’wîl. Aunque este estudio ha existido desde los
tiempos pasados hasta hoy día, más que su aspecto práctico ha sido motivo de
atención su aspecto científico; ya que desde el punto de vista literario y de
la sintaxis gramatical, ambas recitaciones son permitidas. La mejor prueba para
ello es la existencia de partidarios de cada una de estas opiniones, entre los
cuales se hallan también grandes personalidades de la literatura árabe.
Casi todos los que sostienen la versión de
detenerse en la recitación pertenecen a la Escuela Sunnah. Por ejemplo: Ubaîi
Ibn Ka‘b, Ibn Mas‘ûd, Hasan Basrî, Mâlik, Farrâ’, Ajfash,
Ÿubbâîî, Mu’tazilî; Tabarî, Meîbudî, Imâm Fajr Ar-Râzî,
etc. Los sostenedores de la recitación seguida, existen tanto entre los sabios
de la Escuela Sunnah y la gran mayoría de la escuela Shî‘ah. De entre los
sabios de la Escuela Sunnah se encuentran: Muÿâhid, Nahhâs Nahawî,
‘Akbarî Nahawî, Qâdî ‘Abdul Ÿabbâr; Zamajsharî, Ibn Abî-l Hadîd,
Baiîdâwî, Zarkishî, Âlûsî y Shaîj Muhammad ‘Abduh.[46]
Cuando decimos que no existe un
beneficio práctico para esta discusión, es porque hay sabios como ‘Al·lâmah Tabâtabâî,
que sostienen la opinión de detenerse y al mismo tiempo consideran por medio de
otros argumentos, como otras aleyas coránicas y dichos, que el conocimiento del
ta’wîl no es específico ni se limita en Dios.
Un argumento racional muy claro a esta cuestión es que el Corán ha
sido revelado en la lengua de la gente y para guiarla, y si los sabios y
eruditos no conocieran el ta’wîl del Corán, éste por lo menos en algunas
aleyas se convertiría en un enigma sin resolver; mientras que el propio Corán
nos ordena meditación y reflexión en sus aleyas.
Lo más extraño sería que si el conocimiento del ta’wîl fuese
específico de Dios, entonces el Profeta (BP) y los Imâmes Infalibles (P) se
encontrarían privados de éste. Es decir, ¡un profeta, que es objeto de la
Revelación, ignoraría el ta’wîl de sus aleyas!
Conclusión:
1. Según
‘Al·lâmah Tabâtabâî, ta’wîl son las verdades y realidades
en las que se documenta el contenido del Generoso Corán. El empleo de este
vocablo en el Corán nos demuestra que ta’wîl no es del tipo de los
conceptos y significados. Entonces todas las aleyas del Corán, ya sean
explícitas o alegóricas tienen un ta’wîl.
2. La
cuestión de si acaso el conocimiento del ta’wîl es privilegio de Dios o
no, tiene un aspecto mayoritariamente científico y no práctico, ya que existen
claros argumentos –sin considerar que esta aleya sea argumento o no- de que el
conocimiento del ta’wîl no es específico de Dios.
3. La
mayoría de los sabios de la Escuela Sunnah sostienen la opinión de “detenerse”
luego de la palabra Al·lah en la aleya del ta’wîl; es decir, el
conocimiento del ta’wîl es específico de Dios. La mayoría de los sabios
de la Escuela Shî‘ah sostienen la idea de “concatenar”, es decir, concatenar a
“los imbuidos en la ciencia” con lo que el conocimiento del ta’wîl no
sería específico de Dios.
Preguntas:
1.
¿Por qué razón uno de los más importantes factores del surgimiento de las
tendencias desviadas fueron las aleyas alegóricas?
2. Defina los
términos muhkam y mutashâbih.
3. Mencione
algunas versiones en cuanto a la determinación de muhkam y mutashâbih
en el Corán.
4. Según
‘Al·lâmah Tabâtabâ’î ¿cuál es el motivo de la existencia de alegoría en el Corán?
5. ¿Acaso es
posible mencionar otro motivo para la existencia de alegoría en el Libro
Divino?
6. Exponga cinco
ejemplos de las aleyas alegóricas en las cuales tuvieron lugar deducciones
erróneas.
7. ¿Qué significa ta’wîl?
8. ¿Cuáles son
los significados del ta’wîl en el Corán?
9. ¿Acaso el
conocimiento del ta’wîl es específico de Dios?
[1] Tafsîr-ul
Muhkam wal Mutashâbih, Seiîed Murtadâ ‘Alam-ul Hudâ (355-436
d.H.); Haqâ’iq-ut Ta’wîl fi Mutashâbih-it Tanzîl, Seiîed
Radî (359-406 d.H.); Kitabun fî
Muhkam-il Qur’ân wa Mutashâbihih, Sûr Ibn ‘Abdil·lah Ash‘arî
(f.300 d.H.); Mutashâbih-ul Qur’ân, Qâdî ‘Abd-ul Ÿabbâr Ibn Ahmad
Hamedânî (359-415 d.H.); Mutashâbih-ul Qur’ân, ‘Alî Ibn Hamzah
Kisâ’î (f.183 d.H.); Mutashâbih-ul Qur’ân, Muhammad Ibn Ibrâhim
Shirâzî, Sadr-ul Muta’alihîn (979-1050 d.H.); para conocer más
obras recurra a ‘Ulûm-e Qur’ân wa Fehrest-e Manâbe‘, Dr. Seiîed
‘Abdul Wahhâb Tâliqânî, t.1, p.391 en adelante.
[7] Al-Mizân, t.3, p.60 y 61.
[8] Ídem, t.3, p.62.
Como
ejemplo: Cuando el Corán dice: ar-rahmânu ‘alal ‘arshi-stawâ - «El
Misericordioso, se situó sobre el Trono», esta aleya puede ser tratada en dos
formas: 1) Si nos limitamos al significado literal de la aleya, sin advertir
que es un ejemplo para hacernos entender un elevado conocimiento, llegamos a la
conclusión de que Dios, al igual que un rey, tiene un trono en los Cielos en el
que se sitúa; de lo contrario si dejamos elevar nuestro pensamiento e inferimos
el objetivo profundo de esta aleya coránica, nos damos cuenta de que “el trono”
quiere significar el absoluto poder Divino sobre Su Universo, y así deducimos
que Dios es quien tiene un absoluto dominio sobre toda Su creación (N. del T.).
[10] At-Tamhîd, t.3, p.14.
[11] At-Tamhîd, t.3, p.82 en adelante.
[12] Sura Fussilat,
41:11.
[13] Sura
Al-Furqân, 25:59; y As-Saÿdah, 32:4.
[14] Sura Ta
Ha, 20:5.
[15] Sura
Al-Mâ’idah, 5:64.
[16] Sura
Al-Fath, 48:10.
[17] Sura
Al-Qîâmah, 75:23.
[18] Sura
Al-Faÿr, 89:22.
[19] Sura
Al-An‘âm, 6:103.
[22] Sura Fâtir,
35:8.
[23] Sura
Al-Baqarah, 2:26.
[24] Sura
Ibrâhîm, 14:4.
[25] Sura
Al-An‘âm, 6:111.
[26] Ídem, 107.
[27] Sura
‘Abasa, 80: 12; y Al-Muddazzir, 74:55.
[28] Sura
Al-Kahf, 18:29.
[29] Sura Az-Zumar,
39:41.
[30] Sura
Al-Baqarah, 2:256.
[31] Sura
Al-Anfâl, 8:42.
[32] Sura
An-Naÿm, 53:40.
[33] Sura
Gâfir, 40:17.
[34] Sura
Al-Baqarah, 2:286.
[35] Sura
Al-Kahf, 18:30.
[36] Sura
Al-Mulk, 67:2.
[37] Los Imâmes de Ahl-ul Bait (P) nos enseñan que
no existe ni la fatalidad ni la delegación total, sino un estado intermedio. En
relación a algunas circunstancias el hombre no es libre, mientras en otras,
entre ellas sus actos, dispone de libre albedrío. Un desarrollo completo tiene
lugar en la Ciencia de Kalâm (teología islámica). (N. del T.)
[38] «Pero
aquellos cuyos corazones albergan el desvío se inclinan a las alegóricas, a fin
de sembrar la sedición, interpretándolas
capciosamiente…».
[40] Ídem, p.49.
[42] Recurrir a: Al-Mîzân, t.3,
p. 25 y 26.
[46] Ídem, p.79 y 80.
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